domingo, 13 de junio de 2010

... ¬¬

No sé si llegarás a leer esto, no me preocupa en absoluto la verdad, entras por aquí cuando te apetece así que si lo ves lo leerás. O puede que con lo vaga que eres te pille en época de no tener ganas de navegar y una vez fuera de portada nunca lo veas.

El caso es que no te mereces que te vuelva a dirigir la palabra, pero quiero al menos soltar las palabras al viento, y si te llegan, que te las encuentres todas y cada una golpeando en tu cara (en esa tan grande y dura que tienes).

No suelo arrepentirme nunca de nada, que no quiere decir esto que no cometa errores, pero no suelo arrepentirme… total, de qué sirve arrepentirse cuando ya no puedes dar marcha atrás ¿no?.

Pero contigo es distinto, tu has sido uno de mis mayores errores hasta la fecha, y me arrepiento no sabes cuanto de haberte conocido. Porque cometer errores es humano, pero contigo he repetido una y otra vez… ilusa de mí pensando que habría distinto final, y siempre para encontrarme con la misma realidad, que eres una sanguijuela humana.

Que te alimentas de la energía de los demás, que sólo piensas en ti, que eres incapaz de querer de verdad a nadie porque sólo te interesa lo que eres capaz de sacarle a cada persona, te da igual si se llama pepe, armando o javier, mientras tengas tu dosis de alegría todo te da igual. Y si uno te falla no pasa nada, mientras tengas otro tonto que cubra el hueco sólo te costará unas cuantas lágrimas de cocodrilo, que el papel de víctima depresiva lo haces muy bien.

Aún así, de todo este gran error que has sido tú, también he sacado cosas buenas.

Porque ahora sé que nunca te importé realmente, que las de tu clase son las peores, que contigo no iré nunca a ningún sitio, y he aprendido gracias a ti a ver venir a la gente como tú. A la escoria que sólo sabe recibir sin dar, a la gentuza que no tiene reparos en aceptar cualquier regalo material o inmaterial aún sabiendo que nunca harían lo mismo por la persona que se lo da.

Así que a pesar de todo, fijate oye, aún tengo cosas que agradecerte. Porque hubo un tiempo en el que pensaba “¿qué hubiera sido de nosotros si no nos hubiéramos dejado de ver?”, ahora ya no me lo pregunto. Porque después de mi última sesión de ti tengo todas las respuestas que necesitaba.

Entiendo ahora tu pasión por no “mezclar” tus amistades, por evitar que se pueda cerrar el círculo. Es lo mejor para alguien que basa su día a día en la mentira y el engaño. Mintiendo a tus padres, a tus amigos, a ti misma… claro es normal, llega un momento en el que ya no puedes distinguir la verdad o a quién le has dicho una mentira y a quién otra… entonces, claro, es mejor no mezclarlos. No sea que les dé por hablar del mismo tema y descubran alguna de tus farsas.

Bueno, sólo hay un motivo por el que realmente me gustaría que estuvieras leyendo esto… para que puedas leer una y otra vez hasta que te quede grabado en tu mente putrefacta que: no quiero más cartas contándome lo mucho que me echas de menos y lo importante que soy para ti y en tu vida… ahórrate tu palabrería barata, tus falsas promesas, tus “campañas promocionales”, tus típicas frases rastreras, búscate a otra tonta al que timar, búscate a otra que te alegre la vida cuando te ahogas en un vaso de agua, búscate a otro que te suba el ego cuando no te gustas ni por dentro ni por fuera.

Porque a mí ya no me engañas.

No hay comentarios: